El último convertible americano

Investigación y Edición Francisco Mejía-Azcárate 
A mediados de la década de 1970 todo parecía indicar que los convertibles americanos iban a desaparecer, víctimas de las regulaciones federales, que conjuntamente con la aparición de los “Sun-Roofs”, los “T-Tops” y del aire acondicionado, un artefacto que desde finales de los sesenta era de línea en la mayoría de los autos fabricados por las tres grandes de Detroit y alejaba a los clientes de los convertibles. Tanto la Ford Motor Company, como la Chrysler Corporation, decidieron a comienzos de esa década, no producir más carros convertibles y la razón que daban era que cada vez era más difícil satisfacer al ‘Comité Nacional de Seguridad Automotriz’, con sede en Washington y que eso, más una evidente reducción en la demanda los había sacado del negocio. A pesar de eso, la General Motors, mantuvo la producción de convertibles en todas sus Divisiones, hasta el modelo 1975. Cada una de las diferentes marcas de la General Motors, fabricaba su propio convertible y parecía tener el mercado suficiente, aunque ese mercado fuera predominante en el cinturón sureño de los Estados Unidos, sitio en que el clima es más propicio para ese tipo de automóviles. Buick ofrecía el LeSabre Convertible, Oldsmobile el Delta 88 Royale Convertible, Pontiac mostraba el Grand Ville Brougham Convertible, Chevrolet exhibía el Caprice Convertible y Cadillac ofrecía el sofisticado Eldorado. Todos eran carros coupé de gran formato y enormes motores V-8.


Como consecuencia de la baja demanda por lo que parecía ser un cambio de tendencia, la General Motors anunció que para 1976 ninguna de sus Divisiones produciría más convertibles, a excepción de la Cadillac y que para sus modelos 1977, ni siquiera Cadillac los iba a producir. En consecuencia, para 1976 solo se produciría una cantidad limitada, hasta ese momento desconocida, de vehículos Cadillac Eldorado convertibles y de ellos 200 vendrían clasificados como una “Edición Especial” del “último convertible americano”. Tras el anuncio, los especuladores revisaron sus bolsillos y rápidamente pidieron y pagaron el precio de todos los convertibles que pudieron comprar, suponiendo grandes ganancias en un futuro cercano. La prensa los alentó con innumerables artículos que indicaban que los precios de estos últimos 200 convertibles se irían a las nubes y un distribuidor de Cadillac de la ciudad de Nueva York aseguró que exigiría US$ 138.000 por un par de convertibles Eldorado a comienzos de 1977 y que solo los vendería juntos. 


La noticia de “no más convertibles” despertó el ansia compradora de los estadounidenses, tanto así que incluso con un precio de US $ 11.049, más el costo del envío, que era una gran suma en esa época, Cadillac no pudo producir suficientes convertibles para satisfacer la demanda, pues tenía un suministro limitado de 14.000 mecanismos y componentes de los techos convertibles y por decisión corporativa solo los últimos 200 convertibles de la línea de producción serían destinados para la "Bicentennial Edition". Estos serían aún más costosos porque tendrían accesorios adicionales por US$ 1.746, que incluido el costo de transporte, subía el precio a US$ 13.246. Todos serían idénticos, pintados en tres tonos de blanco y ofrecerían una exhaustiva lista de opciones. Algunos de los 200 convertibles, nadie sabe cuántos, fueron llevados directamente a garajes y cubiertos con lonas, lugares dónde permanecerían ‘escondidos’ hasta el gran día en que fueran vendidos a precios soñados. ¿Cómo no pensar de esa manera, si se iban a convertir en carros coleccionables inmediatamente salieran de la planta de ensamblaje?

Fotografía del último Cadillac Eldorado "Bicentennial Edition", modelo 1976, saliendo de la planta de ensamblaje
Cadillac Eldorado "Bicentennial Edition", modelo 1976. (Fotografía de junio de 2015)
Vista lateral y posterior del Cadillac Eldorado "Bicentennial Edition", modelo 1976. (Fotografía de junio de 2015)
Fotografía del interior del Cadillac Eldorado "Bicentennial Edition", modelo 1976. (Fotografía de junio de 2015)
Fotografía de la placa y el manual del propietario del Cadillac Eldorado "Bicentennial Edition", modelo 1976
Al final resultó que el convertible, como Mark Twain, no estaba del todo listo para su obituario. La General Motors, la Cadillac, los especuladores y la industria automotriz americana, estaban equivocados, no solo el Cadillac Eldorado modelo 1976, no fue el último convertible americano, sino que ni siquiera fue el último Cadillac Eldorado convertible. Por ejemplo, en 1978, los carroceros Hess & Eisenhardt empezaron a convertir nuevos vehículos Cadillac Coupe de Ville en convertibles y los llamaron "Le Cabriolet". Se hacían para clientes especiales y con autorización de la Cadillac, la cual supervisaba la modificación, para que el carro no perdiera la garantía de fábrica. No todos los concesionarios de Cadillac estaban autorizados a ofrecer el servicio de modificación, servicio este que dejaba valiendo cada carro modificado en la exorbitante suma de US$ 25.977. La razón de este enorme costo era que transformarlo en un convertible requería de un enorme nivel de meticulosidad por expertos artesanos. Literalmente había que desbaratar todo el interior del carro, antes de cortarle la capota e instalarle el sistema de la capota que le daba el carácter de convertible. Tal procedimiento se estandarizó rápidamente y en los próximos cinco años se convirtieron 300 automóviles Cadillac Coupé de Ville y más de 100 Cadillac Eldorado, en los concesionarios autorizados por Cadillac. 

Vista frontal del Cadillac Coupé de Ville – Le Cabriolet, modelo 1978, convertido por Hess & Eisenhardt
Vista posterior del Cadillac Coupé de Ville – Le Cabriolet, modelo 1978, convertido por Hess & Eisenhardt 
Adicionalmente, en 1981, Lee Iacocca, el jefe de jefes de Chrysler, conducía un nuevo automóvil Chrysler convertible por las apacibles calles de Boca Ratón, Florida. Se trataba de un vehículo de techo duro que fue modificado en 1980, por un carrocero californiano, ganando admiradores instantáneos. La reacción que Lee Iacocca obtuvo de los admiradores, lo convenció que el mercado de los convertibles estaba más vivo que nunca. Desde el momento en que el Chrysler LeBaron Convertible y su hermano, el Dodge 400 Convertible, ambos modelo 1982, empezaron a llegar a los concesionarios y distribuidores, las ventas no pararon de crecer y se vendieron 24.000 de ellos, aunque solo se habían proyectado 3.000 unidades. Los LeBaron se agotaron rápidamente, siendo adquiridos por celebridades, magnates, modelos, proxenetas y personas del común que buscaban lucirse. Ford siguió en 1983 con un Mustang Convertible y en 1984, la División Cadillac, terminó comiéndose sus palabras, cuando sacó al mercado el Cadillac Eldorado Biarritz Convertible modelo 1984. Estos convertibles eran ensamblados por ASC, Inc., un carrocero autorizado por Cadillac, que mantuvo el contrasto de producción hasta 1985. En 1986, Cadillac retomó el ensamblaje de sus propios convertibles. 


Actualmente el Cadillac Eldorado Convertible de 1976 está posicionado en un curioso nicho. A pesar de que no resultó siendo el último convertible americano de la historia, es quizás el último de su clase, porque a partir de ahí, ninguna de las automotrices americanas volvió a producir carros convertibles de esta envergadura, ni siquiera sus hermanos de casa, Buick, Oldsmobile, Pontiac o Chevrolet.

Cadillac Eldorado Convertible, modelo 1976
Lewis Schwartz, encargado de velar por el blog que registra y contabiliza todos los Cadillac Eldorado Convertibles, producidos en 1976, incluidos los "Bicentennial Edition" (www.bicentennialeldorado.com) piensa que las guías de precios de estos carros están un poco por debajo de la curva. "La mayoría de los automóviles Cadillac Eldorado Convertible, modelo 1976, que no fueron clasificados "Bicentennial Edition", cuyos odómetros registran menos de 20.000 millas o quizás hasta 25.000 millas, se están vendiendo en un rango de precio que no es muy alto, pues oscila entre los US$ 21.000 y los US$ 24.000", “De hecho, algunos de ellos se han vendido por menos de US$ 20.000.oo, así que un aficionado que tenga disponibles unos US$ 15.000.oo ‘cash’ posiblemente pueda hacerse a uno de estos con mayor número de millas en el odómetro”. 

Cadillac Eldorado Convertible, modelo 1976, en impecable estado
“También están esos que han sido mimados toda la vida y han permanecido guardados en garajes y solo han sido conducidos en épocas de vacaciones en la Florida o en el Sur de California y cuyos dueños ya están mayores o han fallecido… esos se están vendiendo en subastas en precios que oscilan entre los US$ 30.000 y los US$ 50.000”. “Y por último están los Cadillac Eldorado "Bicentennial Edition", de los que solo se produjeron 200 unidades, que según las guías de precios tienen unas primas entre el 20% y el 50%, dependiendo del número de millas en el odómetro y por supuesto, de su estado de conservación. Estos, en estado óptimo, terminan vendiéndose en subasta entre los US$ 90.000 y US$ 100.000. Esas cifras, posiblemente alivien un poco las almas de esos especuladores que esperaron tanto tiempo”. “La demanda de estos carros siempre estará vigente, he visto unos cuantos "Bicentennial Edition", que más parecían baldes oxidados, venderse hasta por US$ 27.000”, dijo el señor Schwartz, en una entrevista. Por cierto, si usted quiere asegurarse que se trata de un verdadero "Bicentennial Edition", la numeración impresa en la carrocería del carro debe estar entre 013801 y 013999. (El último de ellos, con el número 014000, se encuentra en la ‘General Motors Heritage Collection’, en Sterling Heights, a unos 40 kilómetros al norte, de la ciudad de Detroit, Michigan.

Cadillac Eldorado "Bicentennial Edition", modelo 1976 con el número 014000 Actualmente, está expuesto en el ‘General Motors Heritage Collection’
Curiosamente, los primeros 13.800 Cadillac Eldorado Convertibles, modelo 1976, no parecen costar más que los Cadillac Eldorado Convertibles producidos entre 1971 y 1975; de hecho, hay muchos más disponibles, debido a que muchos fueron considerados de autos de colección desde el principio y sus dueños se esmeraron en cuidarlos mejor, lo cual es una buena noticia para todos los que quieran disfrutar de la incomparable sensación de poseer y conducir uno de estos yates terrestres con motor de 8.2 litros (500 pulg³). Así pues que fueron los Cadillacs convertidos a convertible por Hess y Eisenhardt y el Chrysler LeBaron Convertible de Lee Iacocca, los automóviles que pusieron a Detroit y a toda la industria mundial a pensar en los descapotables nuevamente. Ahora, en pleno Siglo XXI, los convertibles son una parte muy real del negocio automotriz en el mundo entero y la oferta es enorme y muy variada en procedencia, diseños y precios.