El Ford GT: Pasado y futuro de un icono americano

Historia original: Diariomotor – Edición y complementos Francisco Mejía-Azcarate
El pasado 19 de junio se cumplieron 49 años de la victoria 1-2-3 de Ford en las 24 Horas de Le Mans. Corría el año 1966 y el histórico corte de manga a Ferrari sorprendió a propios y a extraños. Aún hoy se sigue explotando el mercadeo de dicha hazaña, perpetrada por un trío de Ford GT40, en cuyos ecos resuena el nombre del difunto Carroll Shelby, genio y figura del automovilismo estadounidense.

Junio 19 de 1966, tres Ford GT 40, cruzan la meta juntos en las 24 horas de Le Mans.
La historia del Ford GT nace de la ambición, como una buena parte de las grandes historias automovilísticas. Y nace a principios de los años sesenta, cuando Enzo Ferrari se niega y bloquea una adquisición de Ferrari por parte de Ford y su presidente, cuyas aspiraciones por aquel entonces eran la gloria en la competición. Con la ayuda de Lee Iacocca, desarrollaron una oferta de la que Enzo se rió y se opuso rotundamente a la adquisición, mientras dominaba con puño de hierro todo evento deportivo a principios de los sesenta. Henry Ford II - enfadado - decidió pagar a Ferrari con la misma moneda, vengándose en las 24 Horas de Le Mans, terreno donde Ferrari era imbatible y cimentaba su fama automovilística. Como Ford era plenamente consciente que su compañía no contaba con la tecnología necesaria para vencer a Ferrari, decidió usar a su único ingeniero con conocimientos en motores centrales, Roy Lunn, artífice del Ford Mustang I Concept de 1962, para buscar en Inglaterra fabricantes o escuderías con las que buscaba colaboración. Esto llevó a los norteamericanos a cerrar la lista en torno a tres nombres: Lola Cars, Lotus y Cooper. Lotus declinó la oferta de Ford, pues también eran orgullosos y no les iba nada mal en solitario, mientras que Cooper no era lo suficientemente apto por su falta de experiencia. Lola Cars accedió a ceder a Ford dos chasis del Lola Mk6, un súper-deportivo que llevaba motor V-8 central de 4.2 L., marca Ford, con el que disfrutaban de un moderado éxito en eventos de resistencia, pero que aún tenía mucho margen para ser mejorado.

Chasis del Lola Mk6, ya modificado y primer prototipo del Ford GT (1964)
Los chasis fueron enviados a la recién creada “Ford Advanced Vehicles Ltd”, en Inglaterra, donde fueron evolucionados y carrozados, mientras que un ex-manager de la escudería de Aston Martin dirigía la orquesta. Tras su presentación al mundo en Nueva York, el primer prototipo participó en los 1.000 Km de Nürburgring de 1964, lugar en el que se retiró por fallas en la suspensión. Los tres prototipos que participaron en las 24 Horas de Le Mans de 1964 sufrieron desperfectos mecánicos y ninguno terminó la carrera. Visiblemente molesto, Henry Ford decidió acudir a un hombre de confianza y envió los tres coches a un tal Carroll Shelby, en Texas. Dice la historia que Carroll Shelby casi abandona el proyecto al recibir los coches sin limpiar, casi recién llegados desde Le Mans, aun goteando aceite, llenos de polvo y arañazos. Pero decidió tomar el proyecto como algo personal y fue entonces cuando nació el Ford GT40 como lo conocemos.
Shelby Ford GT40 MkII – Modificado por Carroll Shelby
Con sólo 40 pulgadas de alto (101.6 centímetros), de ahí el nombre GT40 y un poco más de 4 metros de largo, ya tenía las formas por las que siguen siendo reconocibles sus sucesores. Un morro muy bajo y corto, con su calandra casi rascando el suelo. Ópticas carenadas, motor central-trasero y un alerón respingón tras el que el casi cortado a cuchillo, termina el carro. Después del fracaso del Ford GT40 Mark I nace el Shelby Ford GT40 MkII, equipado con un motor V8 de 7.0 litros, convenientemente potenciado por Shelby y heredado de la familia Ford Galaxie. Motor que fue empleado en la NASCAR y cuya potencia era cercana a los 500 HP., en los GT40. Tras su éxito en los 2.000 km de la Daytona Continental, el resto del año 1965 fue un desastre, pero la experiencia acumulada y un pulido de todos los errores llevó al equipo capitaneado por Carroll Shelby a lograr su famosa victoria 1-2-3 en las 24 Horas de Le Mans de 1966.

Estas magníficas instalaciones servían de zona de alistamiento al equipo Shelby American de Ford, en Le Mans
Les 24 heures du Mans 1966
Secuencia de fotografías a color que muestran el desarrollo y el triunfo de la carrera de Le Mans, en 1966
Victoria que supuso un gran corte de manga por parte de Ford a la arrogancia de Enzo Ferrari, victoria que fue a partes iguales en hazaña deportiva y duelo de personalidades. Los MkII no pudieron repetir su hazaña en 1967 debido a una pieza defectuosa que los desactivó por completo. No obstante, un aerodinámico Ford GT40 MkIV, ensamblado en Wixon, Michigan, con chasis tubular y peso ultraligero se hizo con las 24 Horas de Le Mans de 1967, adelantándose a dos Ferrari 330 P4, dándole otra bofetada al ego de Enzo. Con sólo 1.200 kg de peso, el formidable Ford MkIV era 120 kilos más liviano que los MkII. La victoria de 1967 fue celebrada por Dan Gurney, agitando una botella de champán y bañando a sus compañeros con su espuma y se dice que Gurney inventó este ritual, porque él era totalmente abstemio, así que le pareció más divertido bañar a todo el mundo alrededor con champaña, que beber unos cuantos sorbos, como era la tradición.

Ford GT 40 Mk IV, modelo 1967 ganador de las Le Mans, en 1967
El mismo carro Ford GT 40 MkI, con el chasis Nº1075, ensamblado por “John Wyer Automotive Engineering Ltd”, en Slough, Berkshire, al Oeste de Londres, ganó consecutivamente las 24 Horas de Le Mans en los años 1968 y 1969, conducido primero por el mejicano Pedro Rodríguez y el belga Lucien Bianchi y el año siguiente, por el belga Jacky Ickx y el británico Keith "Jackie" Oliver. Lastimosamente Pedro Rodríguez y Lucien Bianchi, fallecieron en diferentes accidentes automovilísticos antes del 3er aniversario de su triunfo en Le Mans.

Junio 15 de 1969, el Ford GT40 MkI con el número 6, ganador de las 24 Horas de Le Mans, ese año
Dicen las malas lenguas que para prohibir el imparable avance de los gigantescos motores americanos la FIA puso un límite de cilindrada a los motores, obligando a Ford, a usar los mismos motores del año anterior. La victoria de 1969, fue muy justa, de sólo unos 50 metros por delante de un soberbio Porsche 908, en una carrera en la que el GT40 sufrió el acoso imparable de la escudería alemana, que con la introducción en la década de 1970, del poderoso Porsche 917, dominaría las carreras de resistencia con puño de hierro. Con este panorama Ford se retiró de este tipo de competencias, con la cabeza en alto. El Ford GT40 fue el vehículo americano de competición más exitoso de la historia, una leyenda con ruedas cuya figura icónica sigue viva hoy día. Los ejemplares que se subastan alcanzan cifras astronómicas, como es el caso de uno de los Ford GT40 Gulf/Mirage, modelo 1968, vencedor en el circuito “Spa Francochamps”, de Bélgica, que fue subastado el 17 de agosto de 2012, por RM Auctions, en Monterey California por la nada despreciable suma de US$ 11.000.000, más 10% de comisión. Esee fue el carro usado por Steve McQueen, en la película LeMans, filmada en 1971.

Ford GT40 Gulf/Mirage, modelo 1968, subastado por US$ 11.000.000, en Agosto 17 de 2012
El GT40 MkIII fue el único GT40 de calle producido oficialmente por Ford, en una tirada de siete unidades. Con más confort, suspensión más blanda y un motor V-8 de bloque pequeño, idéntico al del Shelby Mustang GT350, que generaba más de 300 HP., fue el único GT40 de uso legal en carretera. Para cumplir con las disposiciones federales, estos siete MkIII fueron sutilmente modificados y eso incluyó revisar la fascia frontal, implementándole faros superiores, los cuales eran de mayor tamaño para albergar a cuatro lámparas circulares en lugar de las dos unidades cuadradas utilizadas en los autos de competencia. La parte posterior de la carrocería también sufrió una leve modificación al ser alargada para dar cabida a la bodega o maletero. Para satisfacer sus necesidades básicas de confort en las calles y autopistas, el interior fue totalmente insonorizado y tapizado, los asientos se abullonaron y se forraron en cuero. La característica más destacada del tablero de mandos era el tacómetro, que estaba en el centro, mientras que el velocímetro estaba en la esquina más alejada del cuadro de instrumentos. En el salón de Ginebra 2015, donde se exhibieron todo tipo de autos exóticos de carreras, pertenecientes a escuderías de la talla de “Cameron Glickenhaus”, hasta “McLaren”, se exhibieron en una de las plataformas, uno de estos siete Ford GT40 Mk III, modelo 1969, lo cual captó la atención de aficionados y curiosos por igual.

Fotografías del precioso Ford GT40 MkIII, exhibido en el salón del Automóvil de Ginebra Suiza, en 2015
El Ford GT del centenario renace, a imagen y semejanza de su ancestro

Y del año 1969 nos vamos al año 1995, cuando Ford reveló un súper-deportivo denominado “GT90” en el Salón del Automóvil de Detroit. Era un súper-deportivo del futuro, un claro homenaje a los Ford GT40, aunque sin visos de fabricarlo masivamente y muy a pesar que la crítica fue positiva y el público se volcó a admirarlo, el “GT90” se quedó en un prototipo, pero sembró una semilla que germinaría pocos años después. Con motivo del centenario de la compañía en el año 2003, Ford rindió homenaje al GT40 con el Ford GT. Y este Ford GT de segunda generación, presentado en el “Detroit Auto Show” del año 2002, era más innovador, más potente y más rápido que nunca, pero guardaba la misma línea, haciéndolo reconocible a simple vista. Las imágenes dicen más que mil palabras, pues se trata de una escultura rodante. Curvas precisas, bulbosas y de indudable personalidad estadounidense. Este musculoso escondía un poderoso motor V-8 en posición central trasera y su interior parecía sacado de la competición, con variados relojes y mucho metal expuesto. Era en definitiva uno de los carros más bellos jamás fabricados. La prensa se volcó hacia este nuevo Ford GT, como nunca lo había hecho antes y los visitantes al stand de Ford recibían un babero antes de acceder al recinto y una voz al unísono clamaba porque fuera producido masivamente.

Rebuilding a Race Car Legend | Ford GT-40 (Documentary):
Primer prototipo del Ford GT, apodado "Workhorse 1", en el “Shelby American Museum”, de Las Vegas, Nevada
Finalmente se dio luz verde a este nuevo proyecto y se fabricaron entre los años 2003 y 2007, como modelos 2005 y 2006. Tendrían un poderoso motor modular V-8, sobrecargado de 5.4 L., producido en la planta de motores de Ford, en Romeo, Michigan y una transmisión manual de 6 cambios. Su ensamblaje se inició en la planta de “Mayflower Vehicle Systems”, en Norwalk, Ohio y después eran trasladados a la planta de “Saleen Special Vehicles”, en Troy, Michigan, donde eran pintados; pasado ese proceso, se trasladaban a la planta de vehículos especiales en Wixon, Michigan, donde se alistaban y se les hacía control de calidad; un total de 4.038 unidades fueron producidas durante esos años. El nuevo Ford GT, era solamente 7.6 centímetros más alto que el GT40, cuya altura había sorprendido al mundo en 1966 y era notablemente más largo y ancho que su abuelo, pero casi idéntico al prototipo "Workhorse 1". Tal fue la avalancha inicial de pedidos, que las primeras unidades se vendieron hasta en US$ 100.000, por encima del precio de venta estimado por Ford, en concesionario, que era de US$ 139.995. ¿Cuál era entonces el atractivo del nuevo Ford GT? …… Además de un lujurioso aspecto, su personalización de gusto totalmente masculino, lo hacían estremecedor e irresistible. Su motor V-8 de 5.4 L., estaba basado en el de las camionetas Ford F-150, pero las similitudes terminaban en el bloque. Las bancadas se basaron en las del Ford Mustang Cobra SVT, modelo 2000 y el resto de componentes fueron diseñados ‘ad-hoc’ con una gran potencia en mente, por tanto, fueron reforzados hasta extremos enfermizos. La potencia se estableció en 560 HP., a 6.500 rpm, amén del torque que le permitía ir de 0 a 96 km/h en sólo 3,3 segundos. Un turbo-compresor Lysholm, era el encargado para que el dinámico motor V-8 de 5.4 L., recibiese suficiente aire.

Ford GT, versión europea, modelo 2006
Interior de un Ford GT, de segunda generación, modelo 2006
Este vehículo Ford no fue cargado con refinamientos o florituras electrónicas: el GT debía ser fiel a sus orígenes, por ello, sólo estuvo disponible con una sola caja de cambios, marca Ricardo, de seis velocidades, acoplada a un diferencial mecánico autoblocante sobre el eje trasero. Con todo, ninguna técnica especialmente innovadora fue aplicada en su construcción. Sus frenos se hicieron de acero y su chasis se creó combinando acero con piezas de aluminio. Hicieron un carro de la vieja escuela, adaptado a un mundo de monocascos de fibra de carbono, algo de electrónica básica y una caja de cambios robotizada. El éxito del Ford GT fue instantáneo, la prensa lo alabó hasta la saciedad y su margen de musculoso lo convirtió en el vehículo favorito de muchos expertos y preparadores, que han llegado a elevar su desempeño hasta los 2.000 HP. Este carro lleno de personalidad, que en la pista convenció a todos y que dinámicamente no se pelea con las curvas, porque más bien las busca y las destroza, tuvo a bien pasar por las manos del legendario Carroll Shelby, quien puso a punto su dinámica, lo cual fue la garantía de su éxito. Así pues que este nieto del carro que pisoteara al orgulloso “Cavallino Rampante” fue una sensación desde el día uno e incluso Jeremy Clarkson, ese incómodo comentarista y experto inglés, que odia todos los carros que no sean europeos, tuvo un Ford GT, que aunque no era exento de problemas, lo consideraba su carro favorito.

Ford GT, versión americana, modelo 2005
Pasada una década, volverá a ser producido, para el año 2016, año en que se celebran los 50 años del anecdótico triunfo 1-2-3, en Le Mans. Este nuevo proyecto de Ford, con el nombre código “Petunia”, será todo un acontecimiento en el automovilismo deportivo mundial y ya hay clientes haciendo fila para comprar uno de estos sofisticados bólidos, al precio que sea. El nuevo Ford GT, modelo 2016, ha dejado a propios y extraños completamente asombrados. Es una nueva generación del súper-deportivo que promete devolver a Ford a la boca de todos los amantes de los vehículos de “gran desempeño”. Es el único súper-deportivo de motor central de las tres grandes de Detroit y será nuevamente Ford, quien promete poner las cosas difíciles a instituciones como Ferrari o McLaren en su propio terreno. El nuevo Ford GT, presentado como prototipo de producción, es un carro muy diferente al anterior Ford GT. Podríamos decir que solo se parecen en el nombre y en su disposición mecánica general. Donde su predecesor era anacrónico, el Ford GT, modelo 2016 es puntero, refinado y vanguardista. No hay más que ver su radical estilismo, digno de una película de ciencia ficción.

Nuevo Ford GT, que saldrá a la venta en 2016
Todos esperaríamos para este carro un poderoso motor V-8 de alto rendimiento, sin embargo Ford nos ha sorprendido a todos cuando anunció que el motor del nuevo Ford GT será un V-6 EcoBoost de 3.5 L. A nuestro parecer, la palabra “Eco” sobra, pues dudo que este motor bi-turbo de 600 HP., se centre en la ecología, sobre todo si sabemos que tendrá una potencia turboalimentada específica de casi 200 HP/litro y dicen los que saben que irá asociado a una caja de cambios de doble embrague y un diferencial autoblocante. Ford tendrá que diseñar muy bien su “EcoBoost” porque además de ser el más potente hasta ahora, debe entregar la potencia de manera contundente y constante partiendo de una baja cilindrada, como bien lo consiguen hacer sus rivales europeos. Muy seguramente Ford logre un producto que pueda luchar de tú a tú con el McLaren 650S, el Ferrari 458 Italia o el Porsche 911 Turbo, aunque el legado histórico del V-8 desaparezca en esta nueva generación. Así las cosas el futuro se escribe con F, de Ford GT.

2016 Ford GT Overview/Details on new 600+ HP SUPER CAR! 2K HD
Fotografías que lustran el interior del nuevo Ford GT, modelo 2016